Hospital Real-Antigua Sinagoga
El antiguo Hospital Real se encuentra ubicado en la solar donde posiblemente estaba la primitiva sinagoga, en la zona donde se asentaba la judería medieval. En las excavaciones realizadas en el solar, no se han encontrado restos de esta antigua sinagoga, aunque no es de extrañar que la antigua sinagoga fuera sustituida por un nuevo edificio adaptado a los requisitos de los Reyes Católicos, ya que ocurría con bastante frecuencia.
El edificio se encontraba bajo la jurisdicción de la Catedral, pero con la llegada de Carlos III y la siguiente expulsión de los Jesuitas, la función del antiguo hospital fue trasladada al colegio de los Jesuitas.
Poco sabemos de este edificio en sus primeras épocas, apenas queda la fachada que mira a la plaza de Villalegre y algunos elementos en el interior, entre los que se encuentran un alero de carácter sencillo realizado en ladrillo colocado en esquina, los alfarjes del zaguán, estos últimos también renovados, construidos por jácenas de gran tamaño y apoyadas en canes lobulados y una pintura en la escalera, con la imagen de un santo aún sin identificar.
De la fachada que mira a la plaza de Villalegre, la única sin enlucir, se han identificado varias fases constructivas. Esta, construida en ladrillo ha sufrido varias reformas fácilmente identificables. Al menos, de las primeras fases constructivas del edificio, sin poder concretar más en la cronología, se han identificado dos machones de ladrillo con el llagueado recortado, de aparejo flamenco poco frecuente en la arquitectura accitana, reforzados con sillares de arenisca en la parte baja, posiblemente procedentes del teatro romano de la ciudad. Entre estos dos machones debió colocarse una fábrica de tapial, que fue eliminada para una nueva reforma. Esta supuso la que se abre una nueva puerta con arco de medio punto construido en ladrillo enmarcada por pilastras y un dintel en relieve sobre la que se abren dos hornacinas y un balcón. De esta misma época aún se puede ver en relieve la portada en ladrillo que presidía la fachada, y la decoración pintada con motivos florales, tanto en el arco de medio punto con en los vanos superiores. Posteriormente esta fachada fue parcialmente destruida y el arco cegado para la construcción de una ventana.
En los últimos años ha sido transformado en oficina de empleo, realizándole un añadido en la desaparecida fachada Norte, creando nuevas estancias requeridas por el nuevo uso del edificio y ocultando su aspecto casi por completo. En la actualidad al edificio se accede por la fachada Sur, la cual, después de las reformas, está totalmente enlucida. El acceso al edificio se realiza a través de un arco de medio punto sobre pilares realizados en ladrillo sin enlucir.
Resulta sin duda una pérdida irreparable para la ciudad la falta de control arqueológico durante el proceso reformas de un edificio tan significativo para la historia de Guadix.
