Puerta de San Torcuato

Dirección: 
Callejón de San Torcuato
2
18500  Guadix  Granada
España

La puerta de San Torcuato, se encuentra justo en frente de la entrada al parque Pedro Antonio de Alarcón, zona antiguamente de carácter comercial y artesanal. 

Originalmente esta puerta se llamaba Bib-Bazamarín o segunda puerta de Baza. Se trata de unas de las puertas de las defensas de la ciudad andalusí, que servía de acceso a uno de los arrabales desde la parte septentrional.

A pesar de su primer carácter algo más fortificado, en el siglo XVI, bajo el mandato del gobernador de la ciudad Francisco Chacón y su alcalde mayor, Juan Álvarez de Toledo, pasó a tener una función política  y sobre todo religiosa. Es en esta época, en el año 1593 cuando se construye la capilla en la parte superior de la puerta, con motivo del paso a través de ella, de las reliquias del santo evangelizador San Torcuato. Adquiere así una renovada apariencia adaptada a las nuevas funciones, como la misa pública en los días señalados desde su balcón.

Es una puerta sencilla, con arco de medio punto elaborado en ladrillo con pasadizo, al igual que el de la Imagen. Desde el pasadizo se accede a la capilla. Sobre la clave del arco vemos el escudo Imperial de Carlos V con el águila bicéfala, acompañado al lado izquierdo por el escudo de la ciudad y al derecho por el del corregidor Pedro Chacón. Completando el conjunto decorativo encontramos una inscripción que hace alusión a la reconstrucción del arco:

MANDO HAZER ESTA OBRA GUADIX, SIENDO EL ILLUSTRISIMO DON FRANCISCO CHACON GOVERNADOR DE ESTA CIUDAD, TENIENDO POR US ALCALDE MAYOR LLLICENCIADO[SIC] JUAN ALVAREZ DE TOLEDO, ACABOSE Aº IDLIII [1553]

Posteriormente, en el siglo XVIII, la puerta de San Torcuato vuelve a sufrir una nueva intervención, tal y como reza la inscripción que se encuentra en la bóveda del pasadizo, la cual conserva el escudo del regidor:

AÑO DE MDCCXLI, SIENDO CORREGIDOR DE ESTA CIUDAD DE GUADIX EL SEÑOR DON FRANCISCO PEÑUELA DE MIRANDA SE RECONSTRUYÓ ESTA PUERTA.

Una vez más, entre los años 1880-1890, se decora la bóveda con pinturas y medallones de carácter sencillo.

En la actualidad, el arco sigue siendo protagonista de las transformaciones urbanas de la ciudad, manteniéndose en pie, mientras el resto de edificios cambian y se transforman a su alrededor.